El origen de la palabra 'carnaval' ha resultado históricamente difuso. Existen dos teorías al respecto: una lleva la impronta religiosa, mientras que la otra es de naturaleza pagana. Según la primera de ellas, aceptada convencionalmente por la Real Academia Española, el término derivaría del italiano 'carnevale', deformación fonética del antiguo 'carnelevare', estando éste compuesto por las palabras 'carne', carne, y 'levare', quitar o suprimir.
Apoyándose
todavía en el criterio cuando menos dudoso y desactualizado de Sebastián
de Covarrubias, clérigo y lexicógrafo del siglo XVI, esta teoría
sostiene que el término 'carnaval' haría así referencia a los tres días
previos al comienzo de la Cuaresma (o, para entendernos, desde el
domingo de coros al Miércoles de Ceniza), judeocristianamente
caracterizada como un periodo de penitencia y recogimiento en el que
estaba tradicionalmente prohibido comer carne: una suerte de ramadán a
la europea.
Una traducción
alternativa, algo más libertina, interpreta la expresión 'carne vale'
como un 'adiós al propio cuerpo', animándonos a que, mediante la
simulación y el travestismo, dejemos aparcado de paso nuestro carácter
para sumergirnos de manera más libre y despreocupada en la naturaleza
festiva de tal evento. Pero la explicación más plausible o de mayor
verosimilitud filológica radicaría, desde mi punto de vista, en la
segunda de dichas teorías, de índole no religiosa, que defiende el
origen del término 'carnaval' como derivación del latino 'carrus
navalis' (carro naval o con forma de barco).
La
explicación es sencilla. Cada 5 de marzo, los romanos de la época
imperial, herederos de la tradición griega y, por extensión, egipcia,
procesionaban sobre un barco con ruedas mientras que, ataviados con
disfraces para ocultar su origen o condición social, danzaban y cantaban
en honor al dios Baco, a la par que comían y bebían. En las pinturas
decorativas romanas aparece con frecuencia el rótulo 'carrus navalis'
sobre las representaciones de este tipo de barcos o carrozas,
indisputablemente emparentadas a la 'embarcación en forma de artesa' o
cajón rectangular que, según la propia definición de la RAE, 'se usa en
los puertos y arsenales', y que hoy conocemos popularmente como batea.
Publicado 04/03/2011
Javier Vela
lavozdigital.es, (Cádiz, España)
lavozdigital.es, (Cádiz, España)
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